¿Qué tal tener un amorío de una noche, pero con nuestra propia pareja?
Vestite para matar y citalo en un bar o en una discoteca. Finjan que no se conocen y hagan cosas que saben que erotizarán al otro: tal vez pasarle tu pie por la entrepierna o susurrarle que no llevás lencería puesta o darle un besito húmedo en su oreja… El calor irá subiendo y, si no pueden resistir, no esperen llegar a casa para comerse a besos.
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